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Guns N’ Roses tiene el mejor álbum debut de todos los tiempos

27 julio, 2017

El 21 de julio de 1987 el mundo conocía a cinco jóvenes marginados destinados a hacer historia. 54 minutos de rock en su estado más puro, récord de ventas y un acto sexual en plena canción, cómo se transformaron de rebeldes en leyendas.

Los argumentos para elegir al Appetite como el mejor debut en la historia del rock, claramente no son sencillos. Los primeros discos de Pearl Jam, Ramones, Sex Pistols, Black Sabbath, Jimi Hendrix, AC/DC, The Eagles, The Beatles, Metallica, Little Richard, Elvis o Led Zeppelin, bien podrían competirle de manera heroica. Lo cierto es que ninguno de ellos reúne los justificativos necesarios que lo condecoran con honores, tanto en números, como en impacto.

Pelos batidos, maquillaje, calzas y puro «wouuuh» con andróginos señalando a la cámara o pura velocidad, riff y doble pedal, irrumpe un grupo de cinco muchachos con personalidades y estilos muy diferentes. Steven Adler, Duff McKagan, Slash, Izzy Stradlin y Axl Rose. Un ‘junkie’, un punk, un blusero, un talentosísimo guitarrista con una imagen más cerca de Rolling Stones que la de sus compañeros y un histriónico colorado con un pasado atormentado componían un cóctel explosivo.

Appetite for Destruction es lo que es por lo siguiente:

– Récord en ventas:

Con más de 32 millones de copias vendidas en todo el planeta, es el disco debut más solicitado de la historia.

– En el centro de todo, en contra del mundo:

GnR no era lo suficientemente pesado para alinearse con el thrash ni lo demasiado sensible para estar en la misma sala que el glam. Su propuesta fue gratamente aceptada por muchísimos fans, pero al mismo tiempo se ganó acérrimos enemigos, acusándolos de comerciales y poperos. Fue el único grupo concebido en esos años que generó su propia iniciativa por fuera de los cánones dominantes.

– 12 canciones, 12 joyas:

De principio a fin, impecable. Es una obra maestra que no encuentra puntos flojos, desde el riff de «Welcome to the jungle», pasando por «My Michelle», «It’s so easy» o «You’re Crazy» hasta la frase final de «Rocket Queen» («Nadie necesita la tristeza, nadie necesita el dolor. Odio verte caminando bajo la lluvia»), las obras que recorren la placa fueron grabadas de manera tal que quedan rebotando en la cabeza por décadas.

– El impacto:

Tan sólo unos meses y un par de shows le valió al grupo para romper todos los esquemas, para marcar una época y empezar a consolidarse como íconos históricos del rock.

– La química Axl – Stradlin y la figura de Slash:

El cantante y el guitarrista rítmico fueron almas gemelas y piezas fundamentales para generar la idiosincrasia gunner, al principio… Años después, Stradlin presintió hacia dónde apuntaba Axl Rose con sus requerimientos y huyó. Musicalmente, Izzy Stradlin es más importante para los Guns N’ Roses que Slash. Muchísimo más importante. El morocho es la imagen del grupo, la puesta en escena, es la leyenda de rulos y galera, pero Izzy es la esencia. La mayoría de las canciones emblemáticas del grupo fueron compuestas por él.

– Los éxitos, la esencia:

Crudo, al grano, sin dobles intenciones, sin pretensiones, así es el Appetite. Los Use Your Illusion son dos obras magníficas, imponentes, pero que ya cuentan con un Axl Rose en un preludio de lo que en verdad quería, canciones mucho más largas, videos más cercanos a películas que a singles y más rebuscados que sus antecesores.

– La producción de Mike Clink:

A diferencia de las grandes bandas de la época, los Guns optaron por una mano distinta a la de Bob Rock, Bruce Fairbairn (los dos pilares para el hard rock de los 80), Desmond Child, Rick Rubin, Bob Ezrin, o «Mutt» Lange.

– Una anécdota por demás llamativa:

«Rocket Queen» es la última pieza del álbum, promediando la canción se pueden escuchar unos gemidos de una mujer. No es más que Adriana Smith, novia del baterista Steven Adler. La bella stripper de 19 años se encuentra teniendo relaciones sexuales en el suelo del estudio de grabación pero ¡con Axl Rose! Según ella, fue una suerte de venganza tras haber sufrido una infidelidad por parte de Adler.

No existe álbum debut que haya logrado todo lo que hizo este disco. Appetite for Destruction es el techo del rock, el punto máximo al que se puede aspirar.


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